miércoles, 16 de mayo de 2007

Zorras



Volviendo a la temática inicial. Gracias a la inspiración de Tomás Moulián, he redactado un análisis del comportamiento de cada zorra. Puede usted elegir la que la identifique mejor, o la que describa mejor a aquella zorra en cuestión.

Existen tres grandes grupos, según sus preferencias y comportamiento a la hora de elegir presa tenemos: la asceta, la hedonista y la estoica.

Para la asceta el “sentido de la vida” es “realizar objetivos trascendentales, a través de la negación de sí misma, la cual envuelve la negación de los otros, en la medida que la finalidad superior lo exija”. Entregándose sin tener la promesa de ser correspondida. Consideran mundanos todos los placeres. Podríamos ejemplificarlos en aquellas mujeres que superponen su meta al hecho de sentir placer. En esta categoría estarían todas aquellas que fingen orgasmos, omiten infidelidades y hacen vista gorda a todos aquellos defectos que posee la víctima en cuestión. Con tal de mantenerlos al lado, no estar sola, conseguir la ansiada roca, o simplemente poseen una auto estima tan baja o dañada que no conciben algo mejor para ellas. Fingiendo, mintiendo y bajándole el perfil a los conflictos, mantienen relaciones físicas y emocionales. Todo por una meta, el mantenerlo contento para que no las deje. También podríamos catalogar aquí a aquellas mujeres love victim, que su “sentido de la vida” es ser amadas y amar. También aquellas que poseen un libido bajo, que no reclaman por que sus relaciones están señaladas para los días viernes, a las 10 de la noche. Lo que las mantiene informadas, así no tienen sobresaltos, ni deben buscar excusas, como “el dolor de cabeza” para no sostener relaciones. Porque “el sentido de la vida” para ellas, no es el placer, no es el sexo, sino la compañía, o solamente el título social. La modalidad de asceta es definida en la historia como la de héroe, en este caso la podríamos redefinir como la de mártir.


En el extremo contrario se ubica la hedonista. Esta solo responde al llamado del placer. Más que un goce, “lo que busca es la consumación, por tanto se tranquiliza exclusivamente en la realización vertiginosa, en la vorágine. Todo límite le parece una negación, cualquier control, interno o externo, una represión. El deseo la inquieta... Debe consumar los más rápido posible el deseo, llegar al goce y re empezar”. Llevándolo al terreno de las relaciones se podría decir que, la zorra hedonista es aquella por la que se denomina Zorra en forma despectiva a las mujeres. Las hedonistas son aquellas que solo quieren pasarsela bien, y solo lo logran comiéndose a su víctima. La parte de la conquista es solo un obstáculo molesto e innecesario para su satisfacción. Son aquellas que no se involucran, no importa que hace su víctima. Es más, mejor víctima resulta aquel que se conoce poco, ya que significa que consumó su objetivo sin desgastarse llamando su atención ni escuchando el discurso de macho alfa. Podríamos caracterizarla como una vil ninfómana. Es aquí donde encontrarán a aquellas que luego de una noche de juerga y placer nunca volvieron a llamar, cuyas propietarias de esos teléfono falsos jamás contestaron, y si los han visto en la calle jamás los reconocieron. También están aquellas menos carnales, pero que también buscan solo su satisfacción, sin importar lo que el otro quiera. Buscan la atención egocéntrica y narcisista de su persona. Aquellas cuyo deseo por ser admiradas, socorridas y satisfechas es superior a la importancia que le dan a la relación. El mejor prototipo que le provoca deseo, es el que mejor llene sus necesidades, ya sean físicas, sexuales, emocionales o económicas.

En medio de estas, está la zorra estoica. “Para ésta el deseo está en el centro del existir. El arte de vivir consiste en el equilibrio del deseo en función del “nosotros”. Mientras la asceta practica la anulación del yo en función del nosotros y el hedonista practica el narcisismo, esto es la anulación del nosotros. La estoica representa la figura moral donde el deseo se hace compatible con la solidaridad”. Acá están aquellas que buscan la satisfacción personal, consientes de que hay otro involucrado. Consiente de que necesita del otro para satisfacer su deseo, pero a su vez, necesita crear lazos. Busca un equilibrio entre satisfacer su deseo y mantener una relación. Es capaz de transar su deseo por la satisfacción del deseo del otro, siempre en una perfecta reciprocidad. Podríamos situar en esta categoría a aquellas que buscan una relación pero que a su vez no están dispuestas a negarse su propia felicidad. No es egoísta, es solidaria con sus afectos, disfruta del gozo mutuo. Es la más exigente de las tres, ya que necesita ser satisfecha más que de formal sexual o banal. No se anula, no pone por delante al otro, lo que puede resultar fatídico para un hombre que no está acostumbrado a que le exijan cumplir e involucrarse. Pueden resultar incómodas porque son astutas saben lo que quieren y se la juegan por saber lo que el otro quiere. Buscan satisfacer sus necesidades, pero desechan a aquellos prospecto que no calzan para formar el “nosotros”.


Claramente la estoica es a la que todas debiéramos aspirar, aunque todas sabemos que hemos pasado por ascetas en más de una ocasión, lamentablemente, es cuando la frase “el amor ciega” se hace real. Y aunque se catalogue mal a la hedonista considero que es una característica que se debiese explotar en su justa medida, para llegar a ser una buena estoica, sin frustraciones que te lleven a asceta ni tentaciones que destruyan el “nosotros” por una hedonista que duerma en su interior.

Proxemia


Por fin he descubierto cual es el problema que provocan determinadas relaciones. Es meramente de proxemia... la cercanía con la que se relacionan algunas personas no es la prudente ante los ojos de los demás.
Al parecer existen ciertos códigos que se deben cumplir. Para actuar de forma socialmente correcta.
Cuando chicos los niños no lloran porque sino, son niñitas. Cuando crecen, los hombres no se saludan de besos ni demuestran afectos públicos entre ellos porque son considerados "raros". Las mujeres van al baño en compañía de otra (siempre me he preguntado para qué?). Es común tener una amigui, entre niñas, a la que le puedes hacer regalos, porque si lo haces con un hombre te lo quieres comer y estas secretamente enamorada de él.... y así mil acciones sociales correctas que parece que yo me las salté...

La proxemia correcta para tratar a la gente pareciese estar ligada a las interacciones de géneros. Los hombres se saludan con un abrazo bien brutal y apretado entre congéneres. Pero si un hombre y una mujer se abrazan muy afectuosamente, es porque se tienen "ganas". Si le envias un mensaje a un amigo en la madrugada con el texto "te necesito conmigo", lo más probable es que si otra persona lo lee, se imagine que lo necesitas contigo, en tu cama y sobre ti. Si fuese un mensaje de una amiga a otra mujer, la interpretación sería otra... está triste, tiene un problema y necesita apoyo. Claro!, pero si no realizas estas interpretaciones "cooherentes", terminas siendo una maldita zorra!, y no en el contexto de astuta precisamente.

Otro problema social, referente a la cercanía con la que las personas debieran relacionarse, es la pequeña línea de la interacción amistad - trabajo. En qué minuto dejas de llamarle la atención laboral y pasas a ofender a tu amigo. Tomando en cuenta que todo trabajador se espera que sea proactivo, uno no debiera desgastarse en estar continuamente diciéndole cual es su ocupación. El problema es cuando llegas a llamarle la atención, porque no ha hecho éso que tú considerabas obvio pero ella al parecer no... entonces, se siente ofendida, pasada a llevar e incluso insultada. Aunque tu hayas hecho caso omiso a retrasos, visitas de amistades, conversaciones de horas por teléfono o MSN (anda tú a saber con quien?) y largos e interminables almuerzos, sin mencionar que debes preguntarle si puede hacer en el día algo por lo que le estas pagando. En fin son interpretaciones de límites que se suelen cruzar y que cuando ocurre se suelen romper.

El problema personal más recurrente, relacionado con la proxemia, es aquel que involucra a tu pareja y a tus amigos. Si logran entender que ocupan sitios diferentes conseguirán comprender cual es la cercanía adecuada con la que deben relacionarse con uno. Los amigos pueden permanecer a pesar de que las parejas puedan cambiar. Ocupan lugares físicos y sentimentales diferentes. Con uno compartes la cama y con otro la vida. Mientras tu amigo no intente meterse a tu cama y tu pareja no pretenda sacar de tu vida a tu amigo, las cosas funcionan bien. Siempre que tengas como lema que tus amigos no están en el menú.

También hay casos de proximidad mal entendidos. Contarlos es chistoso, vivirlos, un poco incómodo. Ejemplos de esto hay varios, cuando vas por la calle y el heladero cree que te conoce y te saluda afectuosamente con un "pequeño" agarrón de cariño. Cuando vas en la micro y él señor de atrás de ti, no se da cuenta que la cercanía con la que se está relacionando contigo, es más pequeña de la que se puede considerar prudente y cómoda. Aunque hay otras que muchos agradecen, como aquella cercanía que resulta de un par de copas y una conversación perniciosa...

en fin... esto sería un resumen de un tema que me cuestiono constantemente, para los que me conocen, ya saben mil gracias por respetar mi metro cuadrado

El novio nuevo

Una noche en la que extrañaba a mis amigos, partí botella de vino en mano a su casa. Cuando llegué descubrí que era noche de presentación de novio, no mío claro está. Nuestro amigo visitante presentaba a su novio ante su pequeño grupo capitalino, algo así como su círculo de hierro. Copas, queso y loza de Samy Benmayor, esperaban la llegada del joven en cuestión.
Primero llegó otro amigo, que tan solo era arroz. La hora avanzaba. Cuando sonó el móvil, era el tan esperado novio, se ganó ya mil puntos antes de llegar, venía en taxy desde lejos, muy lejos, lo que demostraba el interés que tenía, no solo en ver a nuestro amigo, sino en conocer su entorno. Lo que quedó demostrado cuando llegó y no se aisló en el Club de Toby de la terraza, se quedó compartiendo con las niñas. Y no es porque él sea una loca, todo lo contrario, nos sorprendió su equilibrio, conociendo el gusto de nuestro amigo.
Pasaban las horas y las copas de vino de vaciaban cada vez más rápido, provocando una ingesta alcohólica rápida del anfitrión. De fino vino en copa de cata, flamenco y Gotan Project de fondo, sentados en sillas de diseño e iluminados por la luz de la lámpara de Castiglionni, dimos paso al reguetón en la terraza al ritmo de Calle 13 y Fergie. Sin más drogas que el romance, descubrimos que el novio había pasado la prueba, era tierno, expresivo y cariñoso con nuestro amigo. Además de calzar perfectamente en el juego y la juerga.
Atrás quedaba la sombra de pastel, aquel que creyó que nuestro amigo era más fuerte que el cloro y que tenía una pasado oscuro, tan solo porque su jefe, no se atrevía a salir del clóset y reconocer sus celos extremos, porque era otro el que se comía a quien le gustaría que fuera su presa.
Locas turbias hay en todas las tendencias.

Suerte amigui...

Des- ubicada


Luego de pasar dos noches escuchando a universitarias alteradas por sus notas. Era como estar de público en plena grabación en VíaX, de "cabras chicas gritonas". Cuando los bostezos me ganaron y los oídos me parecían explotar. Me empecé a sentir una vieja de mierda. Que ganas de gritarle que las notas no le importan a nadie. Nadie les va a pedir su "libreta de notas" para darles trabajo. Hey! chicas, les aviso que ya salieron del colegio, ya no hay que acumular puntos para la PSU. Poco importa que sea un 6,5 o un 4,5. Con ambas aprueban el ramo. Déjense de pelear quien es "mejor" alumno. En el mundo real solo basta que el cliente quede contento. Las horas del proceso le importan un carajo. Y si es un trabajo copiado o uno que hiciste hace un año atrás, sacado del fondo del armario, del que le limpias el polvo y se lo llevas. Solo importa que se ajuste a sus requerimientos.
Lo malo es hace tanto que salí de la Universidad, que ya no recuerdo los dramas por las notas, entonces mi ganas de hacerlas callar casi me superan. Además que jamás me importaron las notas... pero es comprensible... Cuando se la pasan casi 12hrs diarias en la universidad, su novios por lo general estudian con ellas y cuando salen de fiesta, lo hacen con sus compañeras... de qué más se van a quejar, si la universidad es su vida. Chicas perdonenme por la cara de aburrida, los bostezos y el comentario pedante... pero era verdad "me aburrieron". En resumen, ir de juerga con universitarias no es lo mio.

Salir con las de mi generación, tampoco es muy auspicioso. O están separándose, con hijos o en preparando matrimonio, tratándo de convencer al novio de 4 años que ya es hora de formalizar.
Con las que se están separando, termino por ser la mala de la historia. Tratándolas de fracazadas, mantenidas y arrastradas. Cómo no hacerlo? si se están separando no disolviendo una empresa?. No se casaron supuestamente por amor...? en que minuto se tranformó en un negocio. No estaban "contratadas" estaban "casadas" por lo tanto, su marido no era su "jefe", es decir, no les deben indemnización por los años servidos.
O creían que la firma de la libreta de matrimonio era para una de ahorros... NO!! les aviso que no. Aquella libreta tampoco era un pasaporte a la felicidad eterna. Era un pasaporte con destino hasta donde lograron acumular millas. Cuando se acaban, te deportan y ya está!... por lo que salir de happy hours con ellas queda descartado, a no ser que quiera que me tiren el trago por la cabeza, al segundo comentario.

Por las con hijos tampoco soy muy bien vista. Primero cuando me cuentan que están embarazadas les pregunto sino no tienen susto, su cara ya no es muy buena. Luego cuando nacen y me pasan a la guagua, yo no puedo evitar mi cara de Guacala! por el olor a leche cortada que emiten, por más colonia de bebé que le pongan. Y al primer Chillido!!! yo salgo arrancando. Debieran venir con un controlador de volumen. Un indicador de donde se le sacan las pilas y enseñaditos para ir al baño solos!. Ese no es tan grave. Solo te puedes juntar con ellas cuando ellos están en el jardín, con la nana o lejos en casa de los abuelos. El problema es otro. Las gracias de la guagua!... qué aprendieron a decir, el nuevo garabato que le dijeron al abuelo, la última gracia, baila cuando escucha el sonido del teléfono y lo increíblemente inteleligentes que son, porque saben manejar el equipo mejor que sus maridos (para se casan con idiotas, digo yo?). Yo les hablo de la última gracia de mi conejo. Como hecha a su peluche de su jaula en la mañana. O que mi perro aprendió a diferenciar entre su cocodrilo de goma y su pelota de tela. Claro, que mis comentarios les parecen ofensivos, desubicados e irónicos. Sorry!, a mi no se me olvidan los anticonseptivos, tengo mis propios profilácticos y no quiero a ningún hombre amarrado a mi por un niño. Además, alguna sabe que hacer cuando las aburren... para mi es simple, al perro lo hechas al patio, y al conejo a su jaula.

Con las novias tengo mejor llegada. Esto de ser diseñadora tiene un plus. Claro que los primeros 25 minutos. Una vez hablado el diseño del vestido se me acabó el tema. Porque el siguiente punto es que aún no les piden matrimonio, pero ellas saben (sueñan) que para su cumpleaños lo harán. Porque ya llevan cuatro años, una relación "estable". Las familias se conocen. Y el pobre hombre en cuestión, por más que trató de retrazar su titulación, ya está por graduarse. Ya no hay excusa. El próximo paso, es formalizar. Porque el trabajo para él, ellas lo llevan buscando desde que se dieron cuenta que el vestido guardado en su cartera les comenzaba a quedar chico. Cuando yo les pregunto, si no se aburren con el mismo tipo 4 años, del que además viven quejándose, al que han gorreado con cuanto... han podido. Ellas responden... "tenemos algo sólido". "Nos conocemos bien". Tan bien como para saber que no son 3 tus parejas sexuales anteriores, sino.... Lo que pasa es que hicieron el trabajo de lujo. Engrupirse a la suegra, lo que les asegura que cualquiera que quiera reemplazarlas será mal mirada y prontamente rechazada. En fin... pocas hay, pero hay algunas. Tienen una relación feliz, honesta y ya probaron que las cosas resultan. Rompieron la utopía del cuento de hadas y se atrevieron a vivir con el príncipe azul. Conviviendo con un príncipe ya desteñido aún lo aman... a esas sí les creo el cuento. Me alegro y Hago el mejor vestido, cobro poco y hasta plancho. Pero pobre la niñita que me salga con la historia de que quiere ser independiente, por lo que no haya la hora de salir de casa de sus padres, lo que realmente significa que no sabe como convencer a su pololo de que la saque de casa. Quien no haya la forma de como decirle a ella... adiós!.

Sin hijos, ni ex-marido, sin vestido en la cartera y muy lejos de seguir siendo universitaria, donde encontrar una mujer que no me mire con cara de haber visto a la peor zorra de su vida. Peligrosa por estar sola y disponible. Aterradora por ser independiente y no buscar quien me mantenga. Y con hijo, un conejo precioso, llamado Magritte, que a la hora de la pasión no interrumpe con gritos y chillidos. Con tales prospectos de nuevas amigas es comprensible porque termine hablando con los chicos.
Total una mina más que me mire feo... da igual.

Cumpleaños con criterio formado


Semanas atrás recibí una invitación para una fiesta de cumpleaños. Con fecha 31 de octubre, noche de brujas, situación ideal para celebrar una fiesta con disfraces. Más aún, un cumpleaños de alguien como la Mane.
La noche del evento, llegué rigurosamente vestida de negro, ojos oscuros, colmillos y botas altas. Poco a poco fui descubriendo una fauna diversa y ultra producida. Nunca pensé encontrar tal esmero en la imagen y en el disfraz, en gente adulta.
Envidiables mujeres en la 4ª década, con cuerpos alucinantes y disfraces que daban a entender su espíritu joven y audaz. Colegialas, gatitas y odaliscas. Perfectamente rubias y con un bronceado dedicado. No era para esperar menos, si la cumpleañera vestía de felina. Escaso vestuario dejaba ver la perfecta estampa, de un cuerpazo envidiable. Es ahí, cuando te dabas cuenta el esmero que habían puesto sus “amigas”. Sabiendo el forrazo que se gasta la anfitriona. Además de una personalidad despampanante y la peligrosa situación, de estar absolutamente disponible. Razón por la cual, las asistentes debían invertir en imagen. Ya fuese para tratar de mantener la atención de su acompañante o intentar captar la de algún tipo que anduviera de caza.
Por su parte los hombres, demostraban su aspecto lúdico y espíritu aventurero. Rambo, Luciano Bello, Un Jeque árabe, pelucas y cachos varios, además del mismísimo Diablo.
La consigan de la noche era: bien prendidos, trago en mano y debajo del disfraz, se puede jugar a hacer el loco sin preocuparse. Afloraban todas las armas de conquista. Las colegialas, jugaban a volver a tener 15. Las parejas pulcramente vestidas, se auto seducían. En otro escenario, los hombres solos, parecían en cumpleaños primario, aislados, todos juntos, mirando en un rincón. No faltaba el jote patético que me ofreció su sangre. Su discurso fue el siguiente: …prefieres RH(+) o (-)?. Socialmente correcta, sonreí y me arranqué. Al parecer jamás vieron películas de Vampiros. Uno busca sangre tierna y la de él figuraba añeja, con un grado etílico que abofeteaba cada vez que habría la boca.

La música subía los decibeles, el alcohol no paraba y la cumpleañera dejaba en claro que era la reina de la noche. Todos figuraban efervescentes de juerga y juventud. Felices de participar en el juego, del disfraz y de una noche de reventón. Las mujeres de femme fatal y los hombres, bien machos, bien cargados, muy viriles y de mente abierta. Hasta que se detuvo la música y empezó el show. Un transformista daba la bienvenida a una performance transgénica. Cuando empezó la música y la rutina, todos aplaudían y gritaban. Cual turistas en Isla Margarita o de fiesta en Ibiza. Insinuando cuan acostumbrados están a asistir a fiestas electrónicas, gogo dance, teatro experimental y shows alternativos… O sí!!! Cuan cosmopolita somos!.... ja-ja-ja!
Sí solo hubieran visto sus caras cuando la performance subió de tono. El personaje se sacó el delantal y dejó ver unas pechugas de goma falsas, una mini recortada, medias rotas, genitales al aire y tacos de vértigo. Interpretando un show de alto calibre. Hacía una sátira del período menstrual femenino. Lanzando un fluido rojo y toallas higiénicas manchadas. Luego se masturbaba con un pene plástico, llegaba al clímax y expulsaba un líquido viscoso. Terminando acuchillándose un pezón, sangrando a chorros. Finalmente cantaba al ritmo del reguetón. Canciones irónicas y de letras sexuales, enfermedades, maltratos, sadomasoquismo y una sátira al la castidad del clérigo. A pesar de la abstracción que provocaba el show, era inevitable ver la cara de los asistentes. Las féminas salvajes se volvían castas y puras. Horrorizadas de lo que escuchaban y veían. Masturbación, sexo y gonorrea, eran términos que jamás habían oído. Ni hablar de un pene plástico. Como si jamás hubieran ido a una despedida de soltera. Ja!. Les aseguro que si el personaje en cuestión hubiera sido un negro musculoso, impregnado en aceite, el que hubiera jugueteado con sus genitales, su reacción habría sido otra. Por su parte los hombres, viriles, trataban de demostrar su hombría gritando frases estúpidas como “te gusta la lluvia dorada!”. Aplaudían y gritaban eufóricos para disimular su shock, por lo que presenciaban. Se hacían los graciosos, tratando de que con sus bromas se hiciera menos fuerte lo que veían. El jeque árabe se volteaba y decía “ya no más” y sonreía. Los otros trataban de parecer “cómodos”, ingiriendo más de sus vasos. Mientras la anfitriona decía “esto es arte”.
De pronto sintió el peso de su osadía al presentar tal espectáculo. La verdad el show no era el preocupante, sino el doble estándar de todos los que una vez presenciada la performance, cambiaron el rostro, se disfrazaron de gente pulcra y súbitamente, dio la hora para su regreso a casa. La audacia al parecer dura hasta las 2 de la mañana y bajo cánones rígidos y pulcros.

Para aquellos que sus criterios llenos de paradigmas sociales, no les permitieron entender, les informo. La performance era una crítica al machismo y al abuso femenino. Al maltrato físico, mental y sexual. A las normas sexuales llenas de tabúes y dogmáticamente reguladas. Donde no se habla de sexo, sus perversiones y enfermedades, sacralizando la castidad. Sí Mane, lo que vi, era arte. Aunque no sé bien si el resto haya tenido su criterio suficientemente formado y la mente abierta, más la visión vanguardista necesaria para entenderlo. Es que había que tener los calzones bien puestos, le mente limpia, ninguna tranca sexual y un criterio formado y no normado, para disfrutarlo. Hay que reconocer que fue fuerte, pero imposible desconocer su arte. El arte tiene como fin provocar. Solo es cuestión de haber visto las caras de espanto, las miradas escabullidas y las palabras absurdas que indujo el show, para darse cuenta cual fue el grado de provocación. Pero la noche no terminó ahí. Luego de la performance vinieron los juegos. La tansgénica figura estelar sacó a algunos a participar en su juego. De pronto todos retrocedieron y trataron de hacerse invisibles. Obviamente tenía que salir elegida, más 3 personas. Sacamos un papel con una penitencia especial. Nada de jueguitos tontos. Sino pruebas acorde al show. El primero debía chupetear el contenido de un preservativo, obviamente no fue capaz. En vez de vitorearle “tonto” en castigo, pocos se burlaron de él y más bien empatizaron, mirando con cara de asco. La 2ª en cuestión, yo. Mi penitencia, fingir una masturbación con el pene de plástico. Sin pudor lo afirmé en mi cadera y realicé la hazaña. Me gané una polera del persa Bío-Bío, un par de aplausos y la aprobación de la perra trangénica. La 3ª, una diabla, casta y pura. Al leer su prueba casi se desploma. En mi tono irónico le dije: “estás como atacá!”, me respondió. Y tú no?...; no linda, fui a la universidad, fui mechona y esto es un juego!
Lógicamente su penitencia de lamer el artefacto plástico, bañado en yogurt, no la hizo. Por lo tanto ayude a gritarle “toooooooooonta!!” en castigo. Una señora, la 4ª participante, tenía como prueba besar a la protagonista del show. Lo hizo y sin escándalo. Ella si que fue top. Eso es una mujer bien puesta, con criterio y sentido del humor.
Claro que una vez que terminó el espectáculo, limpiada la pista de baile y recuperado el aliento de los asistentes, es decir, de los que soportaron y se quedaron. Me gané algo más por haber realizado la penitencia del juego. Una joteada desafortunada de un viejo verde, literalmente. Por lo menos su peluca lo delataba así. Luego de su frase para el bronce “muy bien su acto en el escenario”, mientras me tomaba de la cintura. A lo que claramente puse fin en un segundo. Luego de tomar su mano y decirle “no me toque” y “aléjese”, en tono seco y volumen alto. Y seguí con mi rutina de barwoman.
De pronto me encontré compartiendo la barra con una colegiala rezagada. De lo mas chistosa. Me ofrecía al sobrino de la anfitriona. Me enteré de toda su vida. Buen tipo, separado, gerente y sin hijos. A lo que respondí… me encantó! Siguiéndole el juego. Sin tomar en cuenta lo que seguía diciendo, seguí sirviendo copetes. Vasos iban, vacíos volvían. Acto seguido, ella le gritaba al primo en cuestión, “le encantas a ella!”. Lo que era muy divertido. Hasta que su acompañante escuchó. Dejó de sonreír y me mató con la mirada. Ups!
Yo en lo mío. Seguía sirviendo alcohol a hombres que ya no hablaban, solo balbuceaban. Estaban tan borrachos que ni cuenta se daban de les servía en vasos sucios. A los que volteaba el contenido, junto a ellos y llenaba otra vez (enseñanza aprendida de la barwoman anterior) Ahí comprendí que el tipo de terno y corbata, no era un FOME ejecutivo. Sino que se había disfrazado de “Cañas” el personaje del programa del Kike Morandé. Sin mencionar a la pinturita que pedía ron con Coca Cola Light. Te informo: el alcohol tiene más calorías, o sea el ron es el que engorda, además te mata las pocas neuronas, que parecen quedarte.
La anfitriona tomaba su pedestal. Realizando una performance propia. Con ritmo sexy y candente volvía a prender la pista. Luego vino la torta, la canción de cumpleaños y la mascada tradicional.
Que cumpleaños de la Kena Larraín o Juanito Yarur. Escándalos son los que provoca la Mane. Nada de mechoneos baratos, sino revolución cultural, provocación extrema y full producción.
Lejos mi mejor noche de brujas, fue como estar en una de las míticas fiestas de Dalí. No esperaba menos de ti Mane. Un disfraz acorde al cuerpazo. Unas hijas adorables, un show provocador e invitados adhoc.
… que FOME que haya que esperar hasta el próximo año para la segunda parte.

lunes, 14 de mayo de 2007

Vaca o Zorra

¿Cual es la peor forma de referirse a una mujer?
En una noche de copas debatíamos que es peor; ser "Vaca" o muy "Zorra"

Con semejantes apelativos entramos en discusión con un grupo de amigos. Todas las mujeres presentes coincidimos orgullosamente en preferir ser, dignamente denominadas "Zorras". A mucha honrra!!

Un amigo desconcertado no lograba comprender porqué preferíamos aquella calificación tan despectiva. Puede ser insultante, tal vez, desde el punto de vista en que se mire. Lo que está claro es que sea cual sea la connotación que se le de, siempre es bueno ser "Zorra".

Las "Zorras" son astutas. Desde el plano sexual, se la pasan de maravilla. De ahí que sea mal visto por aquellos envidiosos o moralistas. Ser "Zorra" es ser hábil, lograr lo que quiere sin que los demás logren percatarse.

En cambio ser "Vaca" no tiene ninguna connotación positiva. Las "Vacas" son gordas y de ubres caídas, por lo tanto un GRAN insulto para cualquier mujer. Y si te califican de "Vaca" por tus actos, es porque estás actuando de "mala leche". Además, las vacas son fomes. Se la pasan rumiando y éso de sexy no tiene nada!.

En conclusión ser "Zorra" es bastante honrroso. Que no es lo mismo que te digan "perra!"... pero eso es otro tema.