Enciendo el televisor, es media mañana, horario boom para los programas de farándula. Por mi parte, calculadora en mano saco cuentas de pagos y deudas, entre ellas la boleta del Magíster. Es caro, pero está bien, son cuatro millones de pesos y dos años bien invertidos. Después con el título en mano, engrosando mi currículo y una gran lista de contactos podré optar por mejores opciones laborales. Además habré desarrollado mi inteligencia, enriquecido mi nivel cultural y por sobre todo aportado en algo al talento innato que Dios me dio. Ese don intelectual que he ido desarrollado a través de los años, que me llevará a la independencia económica total, al reconocimiento profesional y al respeto de mis pares. Ahhh!! Esa es la meta... veo claramente con ansias mi futuro, aunque ahora deba pasar problemas, penurias y angustias, pienso y creo fielmente que esos cuatro millones están siendo bien invertidos...
Algo me perturba del transe en el que me encuentro, ilusionada con mi futuro. Una voz chillona, bastante nasal sale del televisor. Imposible ignorarla. Ahí están, la Barrientos y la Viviana Nunes disputándose a los hombres del panel de Mira quien habla, para saltar encima de ellos. No puede ser!, escucharlas hablar ya es torturador, pero de ahí verlas saltar como murciélagos en celo sobre los prospectos viriles del programa es demasiado, no?. A los chillidos de la Barrientos me veo obligada a escapar, aunque no se qué es peor una tontona sub 30 o una cuarentona con pinta de adolescente “bailar” el super éxito de la docta músico de cámara Rocío Marengo, su baile sensación, la sonata N°69 El baile del Koala. Terrible!. Salto al canal vecino, adivinen con qué me encuentro, con más Baile del Koala, esta vez una seudo rucia con rulos, dos buenos implantes al aire y bien incinerada al solarium, saltándole encima a un guatón medio pelado que escupe cuando habla, ah! sí, el ex- marido o marido (no sé bien en va), de la Marlene Olivari. Realmente seguir esto, es más complicado que entender las citas de Piglia, para comprender sus libros. En fin, volviendo al tema central... Vuelvo a Mira quien habla, las tipas siguen en el show, luego muestran un desfile en alguna discoteca de moda, empiezo a caer en preguntas. Miro sus botas, son esas que yo quería, pero como cuestas sobre 120 mil pesos, escapan a mi presupuesto. Antes en SQP, otra panelista tenía un anillo Bulgari, mientras en una nota muestran a otra chica de la farándula, con menos de 25 años que ya tiene un convertible. Definitivamente las dudas son claras. Será correcto invertir los 4 millones en un Magíster?, tal vez la opción sería pensar en buenos implantes de 300cc, una lipo y par de clases con las del Pasapoga. Parece ser lejos mejor opción. Tarde me di cuenta, mi mamá en vez de llevarme al Municipal debería haberme comprado la alfombra para bailar. No debería haberme regalado libros de poesía infantil, ni literatura francesa a los 15, debería haberme regalado implantes como la mamá de la Coté López. Y claramente en vez de llevarme al Bellas Artes los fines de semana, debería haberme llevado al estadio para que aprendiera cuales eran los delanteros, ahora estaría en Milano, complicada con las bolsas de Fendi y Valentino, y no viendo cine francés, leyendo a Mouat y tratando de escribir el caso de la Ecran.
Algo me perturba del transe en el que me encuentro, ilusionada con mi futuro. Una voz chillona, bastante nasal sale del televisor. Imposible ignorarla. Ahí están, la Barrientos y la Viviana Nunes disputándose a los hombres del panel de Mira quien habla, para saltar encima de ellos. No puede ser!, escucharlas hablar ya es torturador, pero de ahí verlas saltar como murciélagos en celo sobre los prospectos viriles del programa es demasiado, no?. A los chillidos de la Barrientos me veo obligada a escapar, aunque no se qué es peor una tontona sub 30 o una cuarentona con pinta de adolescente “bailar” el super éxito de la docta músico de cámara Rocío Marengo, su baile sensación, la sonata N°69 El baile del Koala. Terrible!. Salto al canal vecino, adivinen con qué me encuentro, con más Baile del Koala, esta vez una seudo rucia con rulos, dos buenos implantes al aire y bien incinerada al solarium, saltándole encima a un guatón medio pelado que escupe cuando habla, ah! sí, el ex- marido o marido (no sé bien en va), de la Marlene Olivari. Realmente seguir esto, es más complicado que entender las citas de Piglia, para comprender sus libros. En fin, volviendo al tema central... Vuelvo a Mira quien habla, las tipas siguen en el show, luego muestran un desfile en alguna discoteca de moda, empiezo a caer en preguntas. Miro sus botas, son esas que yo quería, pero como cuestas sobre 120 mil pesos, escapan a mi presupuesto. Antes en SQP, otra panelista tenía un anillo Bulgari, mientras en una nota muestran a otra chica de la farándula, con menos de 25 años que ya tiene un convertible. Definitivamente las dudas son claras. Será correcto invertir los 4 millones en un Magíster?, tal vez la opción sería pensar en buenos implantes de 300cc, una lipo y par de clases con las del Pasapoga. Parece ser lejos mejor opción. Tarde me di cuenta, mi mamá en vez de llevarme al Municipal debería haberme comprado la alfombra para bailar. No debería haberme regalado libros de poesía infantil, ni literatura francesa a los 15, debería haberme regalado implantes como la mamá de la Coté López. Y claramente en vez de llevarme al Bellas Artes los fines de semana, debería haberme llevado al estadio para que aprendiera cuales eran los delanteros, ahora estaría en Milano, complicada con las bolsas de Fendi y Valentino, y no viendo cine francés, leyendo a Mouat y tratando de escribir el caso de la Ecran.
