miércoles, 21 de noviembre de 2007

Parte II - Inteligencia decorativa


Si bien, siempre he bromeado con las mujeres planta, los arroces y las sustancias. No pensé que el hecho era tan grave, real y creciente.
Todos hemos escuchado hablar de la mujer gomero. Aquella mujer, increíblemente bien cuidada que se usa para decorar. Habla poco, sabe que aunque sea en un rincón, donde no molesta, se ve bien. Donde la dejen se queda, con una copa en la mano, sí se la traen, o simplemente sonriendo a quien cruce miradas con ella. Esto, siempre que sea una planta feliz, si no ha tomado sol o le faltan vitaminas, de seguro, se encuentra en el mismo rincón pero con una cara del terror.
Otra jerarquía son las de tipo arroz. Podríamos decir que es la de mejor rango. Aunque van de acompañamiento sirven para todo evento. No se aburren, se adaptan, quedan bien con todo. Hay de dos tipos. Unas, son las arroz graneado, se separan con facilidad y se presentan con orgullo. Las otras, las recocidas, son el típico arroz pegoteado, que cuesta separarlo, sin sabor, ese que no se muestra sino hay confianza.
Las sustancias, son lo más naif que podemos encontrar. Son dulces, livianas y rosadas. Ricas y llenas de aire. Algo infantiles y baratas.
Esto es solo una sátira, pero de tipo teatro del absurdo, donde todos nos reímos pero sabemos que es verdad. Bien lo dicen los estudiosos de la Asociación de Psicología Americana, “los roles están desviados, las mujeres crecen con la intención de ser aprobadas social y sexualmente, descuidando su aprendizaje intelectual en pro del cuerpo perfecto”. Si esto fuese solo un error, una exageración o mi amiga ironía, no existiría una faja cuyo lema publicitario es, “una prenda inteligente, para la mujer inteligente”. Esta frase, muestra claramente el lazo que existe en la percepción femenina, entre la inteligencia y un buen cuero.
Por patético que suene, por lo menos sirven de productos decorativos. Muy a diferencia del caso masculino, donde cada vez son más frívolos y tienen mayor ponchera.
No podrían ser gomeros, porque de seguro que si los dejas en un rincón, se van detrás de la primera cola que les mueven o las primeras pechugas que ven saltar. Tipos sustancias serían peores, estarían llenos de aire, por todos lados. Su contextura sería blandengue y de seguro, al comértelos te dejan con hambre.
El arroz vendría a salvar al género. Siempre es bueno tener un acompañamiento que luzca bien y sirva para todo. Mejor si viene graneado, mucho mejor, si no trae sorpresas.
Por mi parte, no sirvo para quedarme en los rincones, no soy dulce y no me llevo bien con todo lo que me ponen al lado. Sobre mi hombre ideal, no me sirve un buen accesorio, para eso están los bolsos. Me gusta tener que masticar y no sirvo para hacer dieta, por lo que necesito algo con sustancia, no una sustancia. Y sobre el arroz, me gusta el salvaje, ese cereal difícil de encontrar, más aún, de cocinar. Que no se usa de acompañamiento, sino de plato principal.

2 comentarios:

pamela dijo...

Absolutamente de acuerdo con tu blog, lamentablemente y me incluyo en algún minuto de mi vida lo fui, pero es tiempo de darse cuenta de otro tipos de cosas y luchar por otros objetivos; gracias por recordarme que no somos un objeto en esta sociedad, creo que a veces esto se olvida y que alguién te lo recuerde se agradece.

Amiga te quiero mucho, cuidese y espero verla pronto.

Besitos.

Yo.

P.D. Saludos a Luis y a Pompom.

xika dijo...

100% de acuerdo,en algun momento trataron de hacerme una mujer gomero, pero no puedo no esta en mi esto de perseguir y de idolatrar al macho alfa, tambien concuerdo contigo respecto a los hombres gomeros, son peor que una mujer!! prefiero un compañero ...
lamentablemente esto no me ha resultado y tenido que soportar motes como "el amigo carlitos" "lalo padilla" porque ni mi pololo entiende que una mujer femenina no es sinonimo de debilidad ni tontera, y que una mujer fuerte no es sinonimo de andar de machito por la vida!!!